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HNO.
EUSEBIO JUAN ARRAYA CABALLERO
5 de
noviembre 1911 - 7 de junio 1.977
Un día como
hoy hace 45 años partió a los brazos del Señor, un ser humano excepcional y uno
de los mejores rectores que ha tenido nuestro querido Colegio San José La
Salle.
El año lectivo de 1977 apenas había
comenzado. Ya había ido a Quito para ser atendido en su salud y nos enteramos
de la noticia de su fallecimiento mientras estábamos en clase un día martes. No
alcanzó a estar presente en la beatificación del Hno. Miguel que sería mas
tarde en este año.
Luego de su
partida, la comunidad de hermanos en un gesto sin igual, perennizó su memoria
en un busto que por muchos años recibía a todos los visitantes que llegaban al
Colegio por la puerta principal.
Ese busto ya
fue retirado hace unos cuantos años. En verdad ya los nuevos alumnos,
profesores y hermanos posiblemente no lo conocieron y por tanto se decidió su
traslado a la comunidad.
Quiero por
tanto recordar al Hno. Eusebio a través de un extracto del libro Oro Lasallano
de Alberto Moreno. Solo he puesto unas pocas páginas que describen su
designación, llegada, su enfermedad y su partida. Se incluyen algunas fotos del
recuerdo y al final hay un poema escrito por el Lcdo. Tomás Pantaleòn.+
La primera
página de cada Rector recibía de parte de Alberto Moreno un título que
describía brevemente a cada Hermano que ocupaba ese puesto.
Con toda
justicia al Hno. Eusebio se lo tituló “Regalo de Dios”, pues solo un regalo
como él, podía tener el don de la ubicuidad. Pues estaba en todas partes,
siempre dando un consejo a alguien que lo necesitara. Son pocos los lasallanos
de esa época que no tienen alguna anécdota de su vivencia con tan especial ser
humano.
Particularmente, recuerdo sus clases
de educación sexual mientras estaba en sexto grado. Vimos en acción al maestro
que solamente con pizarrón, tiza y buen humor cautivaba su audiencia. Y cuando
alguien por ahí se distraía, él con un pequeño puñete de cariño recuperaba al
perdido.
Son gratos los recuerdos que tengo
del Hno. Eusebio. Cuando me dedico a mi afición, la filatelia, lo tengo
presente pues él fue quien me inculcó en esta bonita actividad e hizo la
gestión para que me haga socio del Club Filatélico Guayaquil, del cual él
también era socio.
El Hno. Eusebio coleccionaba
estampillas nuevas en series completas de Ecuador y España que montaba en forma
muy prolija en protectores especiales y álbumes encargados a una imprenta
local. Gustaba mucho de enseñar sus colecciones. Nunca participó en una
exposición filatélica, pero nos apoyó a un grupo de jóvenes de esa época a
organizar la primera exposición filatélica intercolegial, la EXFILA 75.
Guardé unas hojas que me vendió el Hno. Eusebio de esa época. Después vine a saber que esas hojas eran una reproducción reducida de las hojas cuadriculadas de los álbumes Scott , que el Hno. Eusebio había enviado a hacer en una imprenta local.
Aquí vi estampillas agrupadas con otras similares que pertenecían a una misma serie, a una misma emisión. No estaban pegadas directamente a la página por una charnela, sino que estaban en un plástico protector negro en la posterior con una cubierta transparente.
Las estampillas eran nuevas. No sabía que las estampillas se podían conseguir nuevas y que se podían coleccionar así. Yo solo había visto estampillas usadas. Pensé que las nuevas no tenían valor, o tenían un menor valor. Después aprendí que si tenían valor y por lo general un valor mayor a las usadas.
El Hno. Eusebio solo coleccionaba España (su tierra natal) y Ecuador. No tenía lo que se puede decir una colección completa de ambos países, mas bien tenía algunas series de ambos países, pero que no representaban una época en particular, sino mas bien eran emisiones recientes. Nada clásico, nada antiguo, nada caro.
De hecho eso no importaba. Con esta presentación no se podía saber si faltaban estampillas. Lo importante era que el conjunto y la colección en total se vieran bonitas. Y en verdad que el Hno. Eusebio tenía una hermosa colección , montada con mucho cariño y dedicación. Eso era lo que transmitía revisar las colecciones del Hno. Eusebio.
Las hojas de su colección eran agrupadas en carpetas nacionales elaboradas por alguna imprenta local, forradas con papel de lo que llamábamos empastado. Es decir que aparte de las estampillas y los protectores, todo lo demás era insumo local.
Y con esta muestra a quien no le va a dar ganar de coleccionar estampillas. Se puede decir que otra vez tuve suerte. Pues si me quedaba con la imagen del álbum mundial, de conseguir y pegar estampillas como un álbum de cromos , no hubiera pasado.


Su busto ya no está en la entrada de
nuestro querido colegio, pero sus recuerdos serán por siempre una bendición en
nuestras vidas a quienes tuvimos la suerte de conocerlo.
Que los
mejores recuerdos del Hno. Eusebio Arraya Caballero sigan bendiciendo nuestras
vidas. Pues recordar es volver a vivir.
Y mientras una persona sea recordada, ésta vivirá por siempre en nuestros
corazones.