Crucifijo de Comunión con cordel y borla hido de tonalidad oro, original que usamos ese día. Foto compartida por David Martínez Neira |
1971 |
1971 |
1972 |
Este mensaje me lo acabó de pasar Ricardo Moreno Layedra
Hola Lucho: justamente me acuerdo que durante la ceremonia en el patio del colegio le avisaron a Assad Bucaram que Velasco iba a detenerlo, mi papá estaba algunas filas atrás de Bucaram y vio como alguien vino a avisarle. Bucaram salió inmediatamente entiendo que a Panamá. Recuerdo también que esa noche los tanques de guerra pasaban por la Avenida de las Americas mientras yo jugaba con mis primos celebrando mi primera comunión. Bucaram estaba ahí por su hijo Juanito que hizo la primera comunión con nosotros.
PROMOCIÓN 31
David Larrea siempre me pidió que incluyera también las fotos del Palmarés de lap promoción 31. Cumplo con el encargo de mi amigo David.
Solamente dos veces tuvimos la suerte de tener como profesores de Religión a Sacerdotes. La primera vez fue en Primer Curso con el Padre Mario Pazmiño .La segunda fue en Quinto Curso con el recién llegado al Ecuador el Padre Monedero. Nosotros al menos podemos decir que tuvimos esa suerte. Ahora con la escasez de sacerdotes en las parroquias, esto es un imposible. Que lástima que esto sea así.
"Hay que volver a la fuente"
Fue una frase que usó por un buen período de tiempo el Padre Pazmiño como parte de sus clases.
Quiero reconstruir algunas de las reflexiones sobre esta frase que me han acompañado toda la vida.
Esta frase encierra una profunda reflexión sobre la esencia humana y la búsqueda de la verdad. La invitación a regresar a nuestra niñez no se trata de un mero anhelo nostálgico, sino de un llamado a redescubrir la inocencia y la pureza que, en cierto modo, se ven empañadas con el paso del tiempo y las experiencias del mundo.
En la infancia, muchos de nosotros poseíamos una mirada más desinhibida y libre de prejuicios. Percibíamos el mundo con asombro y curiosidad, sin las ataduras de la complejidad y la malicia que, en ocasiones, pueden nublar nuestro juicio en la adultez.
La fuente como símbolo:
La fuente, en este contexto, se convierte en un símbolo poderoso que representa el origen, el punto de partida de nuestra existencia. Es un lugar de pureza, donde brota el agua cristalina que nos recuerda la esencia inmaculada del ser humano.
Recuperar la inocencia:
Volver a la fuente no significa negar las experiencias vividas ni rechazar el crecimiento personal. Se trata, más bien, de rescatar esa parte pura e inocente que reside en nuestro interior, libre de las cargas y condicionamientos que nos impone la sociedad.
Un camino hacia la verdad:
Al reconectar con nuestra inocencia, podemos despojarnos de las máscaras que nos hemos impuesto y acercarnos a la verdad con mayor claridad. La mirada del niño, libre de prejuicios, nos permite observar el mundo de manera más auténtica y discernir con mayor facilidad lo que es bueno de lo que no.
Reflexión personal:
La frase invita a emprender un viaje de introspección personal. A través de la meditación, la escritura o simplemente la contemplación tranquila, puede explorar sus propios recuerdos de la infancia y buscar aquellos momentos en los que experimentó la inocencia y la pureza en su forma más plena.
Enriquecer el presente:
Rescatar esa esencia infantil no implica regresar al pasado ni negar la realidad actual. Se trata de integrar la sabiduría y la pureza de la niñez a su vida presente, permitiéndole así enfrentar los desafíos con una actitud más abierta, compasiva y auténtica.
Conclusión:
La invitación a "volver a la fuente" es un recordatorio de que dentro de cada uno de nosotros reside la capacidad de conectar con la inocencia y la pureza. Es un camino hacia la autoexploración, el crecimiento personal y la búsqueda de la verdad.
Bonita reflexión y muy oportuna para un grupo de muchachos que pasábamos de niños a ser jóvenes. Una invitación a no olvidar las cosas buenas de la niñez.
Según Angel Sánchez el Padre Pazmiño fue párroco muchos años de la Ciudadela La FAE. Hace unos 15 años estuvo en Playas. De ese entonces para acá Angel Sánchez no ha sabido mas del Padre Pazmiño.