El Dr. Gustavo Noboa Bejarano llegó a ser Presidente del
Ecuador, su vida pública puede consultarse en una biografía suya en Wikipedia. Ver
Conocimos al profesional de las Leyes, al administrador de un
Ingenio Azucarero, al profesor universitario, al Decano, al Rector, y en su
vida política al Gobernador , al Presidente y al Ex Presidente.
A través de varias entrevistas conocimos al formador de
jóvenes, al educador en valores católicos. Esta faceta no consta en el artículo
de Wikipedia y es poco o casi nada que se puede encontrar en Internet.
Pero el aspecto menos conocido de su vida es sin duda , el
coleccionismo.
Coleccionó estampillas, particularmente de la temática de los
Juegos Olímpicos. Parte de su colección fue donada hace algunos años al Museo
del Comité Olímpico Ecuatoriano y pueden verse en su exposición permanente en
vitrinas especiales desplazables para este fin . El COE queda junto al Estadio Modelo Alberto Spencer. Ver
Pero no solo colecciono estampillas, también fue socio del
Club Filatélico Guayaquil y asistió varias veces a la cena de fin de año de
este club, donde demostró que siempre fue un ser humano excepcionalmente sencillo.
También coleccionó estampillas de Ecuador y el Vaticano. En
los últimos años parece que incursionó en el campo de los sellos clásicos del
Ecuador y SCADTA.
En la siguiente foto vemos al Dr. Gustavo Noboa con otros
socios del CFG en una cena de fin de año.
Pero el aspecto mas sorprendente de su actividad de
coleccionista y el menos conocido fue su colección de conchas y caracoles
marinos de Ecuador (continental) y las Islas Galápagos que alcanzó a tener mas
de 3.000 piezas.
Esta colección malacológica tuvimos la suerte de conocerla a
través del chat del CFG el 8 de mayo del 2.020, es decir en pleno
confinamiento. En esa ocasión el Dr. Noboa manifestaba que su esposa e hijos
habían decidido venderla, pero que ni la ESPOL , ni el Municipio de Guayaquil
concretaron un verdadero interés de adquirirla.
Podemos apreciar una muestra de esa maravillosa colección a
continuación. Algo digno de verse por su colorido y gran belleza en el monitor
de un computador. Aunque algún día espero que se cumpla el anhelo del Dr. Noboa
de que su colección malacológica, el trabajo de su vida, sea exhibida en un
museo.